Está muy bien que no sepamos lo atractiva que somos...cuando insisten, confesamos que tenemos unos cuantos rasgos anatómicos agradables, como unos hombros bonitos, unas piernas fuertes o unos tobillos esbeltos, pero la mayoría subestimamos nuestro aspecto físico. 

Pocas veces somos conscientes de nuestros encantos reales: cómo sorbemos el té, cómo cantamos desentonando, cómo bailamos hasta las tres de la madrugada. La próxima vez que estemos frente al espejo observemos más allá de la imagen que captan nuestros ojos y amemos lo que somos. Veronique Vienne.

La visión fugaz del reflejo de nuestra imagen en un espejo es un hecho habitual y, sin embargo, a medio metro de distancia, en muchos casos se encuentra una perfecta desconocida, una gemela idéntica de cuya existencia nada sabemos. 

No dudes a la hora de reconocer a la persona del espejo como tú álter ego. Concilia contigo misma y tus imperfecciones. @7sentidosdelamujer. Kk;)